Desde todos los tiempos, la figura del guerrero (bushi) siempre a estado presente, pero su progreso y formación fueron creciendo a partir del periodo Nara (710-793), fue entonces cuando China introdujo en Japón diversos tipos de armas y conocimientos estratégicos, los cuales, aprovecharon y mezclaron con los propios.
Durante el periodo Heian (794-1184), el poder imperial utilizó a los samurais eficazmente para sofocar rebeliones, pero el imperio comenzó a decaer, y la lealtad de los samurais también fue alterada, fue entonces cuando los samurais pasaron a servir y proteger a los señores de las provincias (daimyos), los cuales comenzaron a utilizar a dichos guerreros para luchar entre sí y para obtener la supremacía del Japón. De igual modo, el emperador era considerado una divinidad solar, con lo cual, el mando de éste no era desobedecido, aunque siempre había daimyos dispuestos a ello.
A partir de entonces, Japón crea una Jerarquía Militar (Bu-yakko) que se regiría por clanes. Estos clanes (Uji) eran dirigidos por los daimyos, los cuales luchaban por la supremacía, éstos clanes eran constituidos cada uno por un jefe de clan, denominado Uji-no-osa, y sus miembros ó afiliados (Tomo ó Be), que eran soldados, conocidos como samurais ó bushis; éstos estaban comprendidos por distintos rangos, los cuales se conseguían por propios méritos. Cada clan disponía de un considerado Maestro (Sensei) en el Arte de la Guerra con gran experiencia, los cuales entrenaban a los guerreros a cambio de una buena paga.
Con todo ello se creo el concepto de guerrero (bushi), el cual se basaba principalmente en la equitación con arco, denominándose “Kyu-ba No Michi”, aunque éste Arte de la Guerra (Buguei) fue algo primitivo era sobre todo práctico. Al igual, un código ético y moral era transmitido a los guerreros en el seno de cada clan; éste código era de gran importancia, pues la lealtad y valentía de los guerreros dependía grandemente de él; para los samurais, el honor se adquiría mediante el cumplimiento del deber y dando prueba de su bravura y lealtad.
Éste código de conducta existió desde que surgieron los guerreros, y fue mas una forma de vivir que otra cosa, estricto y sagrado se le inculcaba a los jóvenes guerreros desde temprana edad. Sólo el valeroso y noble guerrero poseía y practicaba tan preciado código de honor, lo cual lo alzaba por encima de los grupos de mercenarios habituales. Muchos daban ejemplo de él, pero otros, débiles de espíritu, no soportaron tal cumplimiento, lo cual deshonraron el código pagándolo con la muerte mediante el suicidio ritual sepukku.
A tal punto llegaba el código del guerrero, que aún siendo un samurai rodeado por enemigos y no teniendo escasa oportunidad de poder vencerlos, éste seguía luchando hasta morir por no deshonrar el código, ésta es la forma en la que a veces los samurais eran verdaderos suicidas por entrega al valor y la lealtad. La vida y la muerte eran caminos secundarios en cualquier propósito u objetivos, era mas importante intentarlo sabiendo que se iba a morir que no intentarlo en absoluto. Pero a pesar de todo ello, un samurai actuaba con inteligencia y sabiduría, pues no exponía su vida inútilmente, todo esto sería inducido por una causa y razón merecedoras de tal fin.
El código también tenía su lado oscuro, pues los prisioneros capturados eran a menudo tratados con dureza por no haber sido capaces de lachar según el código (hasta la muerte); muchos de ellos eran ejecutados tras la batalla, por que a diferencia de los caballeros occidentales, el cambio monetario a cambio de un rehén no era admitido por el código, incluso el secuestro no era aceptado.
Éste código fue desarrollándose y estructurándose con el tiempo, los cuales tuvieron gran influencia Budista Zen, Confuciana y Shintoista; el código fue denominado Bushido, (la Vía del Guerrero), y constaba de 7 virtudes esenciales:
1. Gi: Honradez y Justicia
2. Yu: Valor Heroico
3. Jin: Compasión
4. Rei: Cortesía
5. Melyo: Honor
6. Makoto: Sinceridad Absoluta
7. Chugo: Deber y Lealtad
El Budismo Zen aporto al samurai la aceptación del destino y la inevitable muerte, el desapego a todo lo material, el conocimiento y control interior de sus emociones y sentimiento, incluyendo al mismo tiempo la serenidad y templanza en el campo de batalla y ante las circunstancias. Es muy utilizado el ejemplo de la Flor de Cerezo (Sakura), que en pleno esplendor cae del árbol: “Parecida a la flor de cerezo, dispuesta a morir al primer soplo de la brisa matutina”, es decir, en su plena juventud y sin pena alguna. El Confucianismo aporto las relaciones sociales, los modales, la benevolencia, el deber, el sentido común y la rectitud entre otras. Por último, el Shintoismo aportó la lealtad y el patriotismo, lo cual incluye la veneración de los antepasados.
Los descendientes de los samuráis eran preparados desde muy niños en las Artes Marciales, pues en las épocas de guerra los vasallos y los amos dependían uno del otro para sobrevivir, es por ello que debían especializarse en las artes de la guerra tal como lo requerían sus valores, muy distintos a los de la Corte Imperial.
Al cumplir los 5 años, el 5º día del 5º mes le era otorgado su primer sable (sin afilar), el cual era corto (kodachi) y debería de comenzar a acostumbrarse a llevarlo siempre con él; a los 7 ú 8 años se le era enseñada educación y caligrafía, incluso se les enseñaban artes marciales a modo de juego para que fuesen adiestrandose de mejor forma; éstos juegos incluían también el tiro con arco a caballo (yabusame) a dianas fijas, cuando conseguian un notable nivel de práctica eran llevados a los cotos de caza para ejercitarse con blancos móviles; y a los 15 ó 16 años, ya se le consideraba un adulto y le eran concedido los 2 sables (daisho), el cual debía de comenzar a practicar las Artes de la Guerra; pudiendo servir aún siendo un pequeño vasallo en el campo de batalla. Era únicamente al samurai al guerrero que le era permitido portar los dos sables (daisho), mostrando así su diferencia ante cualquier guerrero.
Desde todos los tiempos, la figura del guerrero (bushi) siempre a estado presente, pero su progreso y formación fueron creciendo a partir del periodo Nara (710-793), fue entonces cuando China introdujo en Japón diversos tipos de armas y conocimientos estratégicos, los cuales, aprovecharon y mezclaron con los propios.
Durante el periodo Heian (794-1184), el poder imperial utilizó a los samurais eficazmente para sofocar rebeliones, pero el imperio comenzó a decaer, y la lealtad de los samurais también fue alterada, fue entonces cuando los samurais pasaron a servir y proteger a los señores de las provincias (daimyos), los cuales comenzaron a utilizar a dichos guerreros para luchar entre sí y para obtener la supremacía del Japón. De igual modo, el emperador era considerado una divinidad solar, con lo cual, el mando de éste no era desobedecido, aunque siempre había daimyos dispuestos a ello.
A partir de entonces, Japón crea una Jerarquía Militar (Bu-yakko) que se regiría por clanes. Estos clanes (Uji) eran dirigidos por los daimyos, los cuales luchaban por la supremacía, éstos clanes eran constituidos cada uno por un jefe de clan, denominado Uji-no-osa, y sus miembros ó afiliados (Tomo ó Be), que eran soldados, conocidos como samurais ó bushis; éstos estaban comprendidos por distintos rangos, los cuales se conseguían por propios méritos. Cada clan disponía de un considerado Maestro (Sensei) en el Arte de la Guerra con gran experiencia, los cuales entrenaban a los guerreros a cambio de una buena paga.
Con todo ello se creo el concepto de guerrero (bushi), el cual se basaba principalmente en la equitación con arco, denominándose “Kyu-ba No Michi”, aunque éste Arte de la Guerra (Buguei) fue algo primitivo era sobre todo práctico. Al igual, un código ético y moral era transmitido a los guerreros en el seno de cada clan; éste código era de gran importancia, pues la lealtad y valentía de los guerreros dependía grandemente de él; para los samurais, el honor se adquiría mediante el cumplimiento del deber y dando prueba de su bravura y lealtad.
Éste código de conducta existió desde que surgieron los guerreros, y fue mas una forma de vivir que otra cosa, estricto y sagrado se le inculcaba a los jóvenes guerreros desde temprana edad. Sólo el valeroso y noble guerrero poseía y practicaba tan preciado código de honor, lo cual lo alzaba por encima de los grupos de mercenarios habituales. Muchos daban ejemplo de él, pero otros, débiles de espíritu, no soportaron tal cumplimiento, lo cual deshonraron el código pagándolo con la muerte mediante el suicidio ritual sepukku.
A tal punto llegaba el código del guerrero, que aún siendo un samurai rodeado por enemigos y no teniendo escasa oportunidad de poder vencerlos, éste seguía luchando hasta morir por no deshonrar el código, ésta es la forma en la que a veces los samurais eran verdaderos suicidas por entrega al valor y la lealtad. La vida y la muerte eran caminos secundarios en cualquier propósito u objetivos, era mas importante intentarlo sabiendo que se iba a morir que no intentarlo en absoluto. Pero a pesar de todo ello, un samurai actuaba con inteligencia y sabiduría, pues no exponía su vida inútilmente, todo esto sería inducido por una causa y razón merecedoras de tal fin.
El código también tenía su lado oscuro, pues los prisioneros capturados eran a menudo tratados con dureza por no haber sido capaces de lachar según el código (hasta la muerte); muchos de ellos eran ejecutados tras la batalla, por que a diferencia de los caballeros occidentales, el cambio monetario a cambio de un rehén no era admitido por el código, incluso el secuestro no era aceptado.
Éste código fue desarrollándose y estructurándose con el tiempo, los cuales tuvieron gran influencia Budista Zen, Confuciana y Shintoista; el código fue denominado Bushido, (la Vía del Guerrero), y constaba de 7 virtudes esenciales:
1. Gi: Honradez y Justicia
2. Yu: Valor Heroico
3. Jin: Compasión
4. Rei: Cortesía
5. Melyo: Honor
6. Makoto: Sinceridad Absoluta
7. Chugo: Deber y Lealtad
El Budismo Zen aporto al samurai la aceptación del destino y la inevitable muerte, el desapego a todo lo material, el conocimiento y control interior de sus emociones y sentimiento, incluyendo al mismo tiempo la serenidad y templanza en el campo de batalla y ante las circunstancias. Es muy utilizado el ejemplo de la Flor de Cerezo (Sakura), que en pleno esplendor cae del árbol: “Parecida a la flor de cerezo, dispuesta a morir al primer soplo de la brisa matutina”, es decir, en su plena juventud y sin pena alguna. El Confucianismo aporto las relaciones sociales, los modales, la benevolencia, el deber, el sentido común y la rectitud entre otras. Por último, el Shintoismo aportó la lealtad y el patriotismo, lo cual incluye la veneración de los antepasados.
Los descendientes de los samuráis eran preparados desde muy niños en las Artes Marciales, pues en las épocas de guerra los vasallos y los amos dependían uno del otro para sobrevivir, es por ello que debían especializarse en las artes de la guerra tal como lo requerían sus valores, muy distintos a los de la Corte Imperial.
Al cumplir los 5 años, el 5º día del 5º mes le era otorgado su primer sable (sin afilar), el cual era corto (kodachi) y debería de comenzar a acostumbrarse a llevarlo siempre con él; a los 7 ú 8 años se le era enseñada educación y caligrafía, incluso se les enseñaban artes marciales a modo de juego para que fuesen adiestrandose de mejor forma; éstos juegos incluían también el tiro con arco a caballo (yabusame) a dianas fijas, cuando conseguian un notable nivel de práctica eran llevados a los cotos de caza para ejercitarse con blancos móviles; y a los 15 ó 16 años, ya se le consideraba un adulto y le eran concedido los 2 sables (daisho), el cual debía de comenzar a practicar las Artes de la Guerra; pudiendo servir aún siendo un pequeño vasallo en el campo de batalla. Era únicamente al samurai al guerrero que le era permitido portar los dos sables (daisho), mostrando así su diferencia ante cualquier guerrero.